miércoles, 15 de mayo de 2013

Black Mirror, donde la indiferencia no existe

Caratula Black Mirror

Black Mirror se trata de una miniserie británica, compuesta por tres capítulos. En el primero de ellos, The National Anthem, se muestra cómo la sociedad está dominada por las nuevas tecnologías y el papel que juega, en ella, el Gobierno, los medios de comunicación y la población.








Para ello, cuenta la historia del Primer Ministro Británico, Michael Collow, quién se ve envuelto en una complicada situación cuando es secuestrada la princesa de su país, la Princesa Susannah. A través de un video en YouTube, la princesa cuenta que su vida depende del Primer Ministro, qué para salvarla debe mantener sexo en directo y ante las cámaras con un cerdo. A partir de aquí, la serie muestra los entresijos de la relación entre el poder y los medios de comunicación, así como, su influencia sobre la opinión pública.
La trama comienza cuando el Primer Ministro y su gabinete de crisis pretenden bloquear la difusión del video, para impedir que el escándalo llegue a la prensa. Pero el video está colgado en YouTube, un canal de Internet, por lo que la noticia no se puede controlar. En muy pocas horas, ya lo han visitado más de 50.000 personas y es Trending Topic en Twitter. Y es que el nacimiento de Internet ha dado un vuelco al periodismo tradicional. Los periodistas  han tenido que adaptarse a los nuevos medios tecnológicos, produciéndose una digitalización de la profesión. El nuevo periodismo nace y crece gracias a Internet, una red de comunicación que permite una mayor e inmediata distribución de la información y una mayor interactividad entre usuarios.

En relación al papel de los medios de comunicación, en un primer momento, debaten si emitir el video o no, ya que la no difusión es voluntaria. Porque los medios eligen qué emiten, qué es noticia. Aparece así, uno de los temas más controvertidos, en relación a la ética del medio. ¿Deben influenciarse por las presiones del Gobierno? O ¿deben hacer caso omiso e informar a la población? Y es que una noticia de tal relevancia no puede no emitirse, ya que atiende al interés de la sociedad. La información se ha convertido en una mercancía transportada por periodistas, que tienen el deber de realizar un trabajo que se adecue a la demanda de un público exigente.
Además, una vez, que otros medios la han emitido, no pueden dejarlo pasar y su lucha con la competencia, hace que se emita en todos los medios británicos. Ya que en definitiva, son empresas de comunicación cuyo objetivo primordial es la producción de audiencias y su posterior beneficio económico.
Por su parte, la población, como ya se ha comentado, juega un papel esencial. Tras conocer la noticia, la sociedad está en contra del acto que debe realizar el Primer Ministro para salvar a la princesa, a su princesa. Pero el objetivo del secuestrador, ya es todo un hecho, porque aunque no se realice el acto, ya está sucediendo en las mentes de las personas, ya se lo están imaginando. Este apartado se trata como una nueva forma de terrorismo.
Pero, cuando es mandado el supuesto dedo de la princesa a un medio de comunicación, la opinión de la población cambia al respecto. Las encuestas muestran el porcentaje a favor de que el Primer Ministro deba realizar el acto que se le pide. Se prima la morbosidad, el espectáculo, característica indispensable de nuestra sociedad mediática. Además, este hecho pone en evidencia el honor y prestigio del Primer Ministro, y es el hecho que suscita su decisión.
En definitiva, Black Mirror es una serie incapaz de dejar indiferente a nadie. 

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